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domingo, 10 de octubre de 2010

La educacion en mi pais...

 "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevo a conocer el hielo". Así comienza una novela ya legendaria en los anales de la literatura universal "Cien Años de Soledad", escrita por el colombiano Gabriel García Márquez es una obra a mi juicio obligada para cualquier estudiante de bachillerato en Latinoamérica, como muchas obras del repertorio literario latinoamericano ayuda a la construcción de valores en un individuo que forma parte de un sistema social de un país, pero lo que vemos (y los incluyo a ustedes porque no es solo un punto de vista individual lo que expongo en estas líneas), es una sociedad carcomida por el cáncer de la violencia, de la que todos se quejan pero no ven el trasfondo del tema.

Una sociedad que presenta fallos en la educación no puede aspirar a que esta sea un modelo de desarrollo, por un lado están los padres que son los encargados de inculcar los valores fundamentales para que los futuros individuos de la sociedad puedan convivir pacíficamente en ella,  pero cuando los padres fallan debe entrar en juego el papel del estado para complementar esa educación. Debo referirme a una anécdota que tuvo lugar en un colegio de caracas al que no me voy a referir con un nombre, en el que una niña de sexto grado no pudo leer correctamente una oración de un libro de cuentos, entones me pregunto ¿dónde estará esa niña en veinte años?, ¿será que estará en capacidad de dirigir el desarrollo de este país? y al igual que esa niña existen muchos niños en Venezuela, es ahí donde me pregunto ¿en dónde están los docentes de los cursos anteriores?. Cuando un docente no está a la par del tiempo en el que vive no puede emprender tamaño compromiso de educar.

Más allá de educar individuos para una rama especifica del conocimiento deberíamos educar para la construcción de la paz, para reforzar los valores y que puedan decidir autónomamente sus destinos con argumentos sólidos. Esta publicación es totalmente personal no tiene fines políticos ni económicos.

Les agradezco que comenten, cualquier cosa pero ¡comenten!